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lunes, 25 de diciembre de 2017

Descubrir el encanto de Casablanca





Es el centro comercial y económico de Marruecos -el político y la capital es Rabat- y también una de las ciudades más turísticas del país, junto a Marrakech o Tetuán. Viajar a Casablanca es una oportunidad para visitar uno de los enclaves históricos del norte de África.

Dicen de ella que representa más que ninguna otra la estética y la cultura más clásica de Marruecos y que si se quiere conocer a este país limítrofe de España por el norte, hay que visitarla. Es imagen de la gastronomía más típica y su modo de vida es propio del estilo de los marroquís. En sus calles, se esconden auténticos tesoros arquitectónicos que merece la pena descubrir.

Y es que viajar a Casablanca es trasladarse al oeste de un país que siempre ha vivido mirando al mar. En su puerto se pueden observar alguna de las puestas de sol más duraderas y mágicas de Marruecos y su diversidad arquitectónica, acontecida en los siglos XIX y XX, la sitúan como un destino turístico que nunca defrauda.

Pese a que se han encontrado vestigios de un pasado muy remoto, Casablanca siempre se ha considerado un lugar de paso de marineros y mercantes hasta que en el siglo XI, un pequeño pueblo, los zenetas, acometieron su fundación. Toda una leyenda en el continente, León el africano, ya la describe en el siglo XV pero como una ciudad muy pequeña.



Los portugueses primero y los franceses después fueron los auténticos artífices del despegue de Marruecos como enclave comercial. Superado el retraso de la Edad Media en el viejo continente,  en 1770 Marruecos es dibujada con nuevos  edificios, entre ellos una incipiente construcción de mezquitas.  La industria textil del 1800 termina, por fin, por hacer despegar esta ciudad que no ha dejado de crecer hasta nuestros días.

Desde 1907 hasta 1956, fecha oficial de la independencia del país, Casablanca vive bajo el protectorado francés y es durante estas cinco décadas donde alcanza su mayor esplendor arquitectónico y donde el art decó impregna cada rincón de la ciudad. Viajar a Casablanca es visitar los antepasados que se pueden encontrar en la avenida Mohamed V, como los cines Rialto, Correos, Le Matin… y diferentes hoteles de la época como Guynemer o Dehab. 

La avenida Mulay Abdalá, el bulevar Meskini y la avenida Hassan II funcionan como enclave principal de la ciudad. Descubrir Casablanca, es dejarse caer por auténticos tesoros como la Catedral del Sagrado Corazón de 1930, la Kubba con un siglo a sus espaldas, les anciens abattoirs, Mahkama Pacha, la mezquita de Mohamed V, los jardines de Habbous, el barrio de Mers Sultan, el parque de atracciones Sindibab, la colina de la Corniche de Ain-Diab, el boulevard de Anfa, el museo de arte, e marabout de Sidi Abderrahman y el mercado de Derb Ghallef, entre otros muchos lugares.

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