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domingo, 29 de abril de 2018

Viajar a Tánger, el misticismo de Marruecos





Considerada una de las joyas del norte de África, se trata de una mística ciudad que vive mirando al mar. Con una apasionante historia y con un patrimonio cultural importante, Tánger es una de las mejores opciones cara a disfrutar de una escapada.

El olor de las especies, los colores de sus calles, el sonido de su música… las calles de Tánger son una amalgama de sensaciones y experiencias místicas bañadas al unísono por el mar Mediterráneo y el océano Atlántico. Una experiencia casi mística alimentada por siglos y siglos de rica historia y que la consolidan como una de las ciudades del norte de África más apasionante. Una gran urbe, entre la tradición y el nuevo siglo, que capitanea año tras año el número de turistas que eligen Marruecos como destino para una escapada diferente.

Situada a pocos kilómetros de Cádiz y con una población de 700.000 habitantes, los recuerdos de la Tánger española aún son muy recurrentes. Y no es de extrañar que para sus habitantes, España sea aún un dorado y un aliado donde mirarse. Musulmanes, judíos y cristianos viven en perfecta sintonía y sus puestas de sol han inspirado a muchos escritores e intelectuales que han visto a esta ciudad como una de las más carismáticas y bellas del norte de África.

Viajar a Marruecos, una experiencia mística


Eclipsada  solo por Casablanca y en turismo por el concurrido centro de Marrakech, Tánger también ha pasado a la historia alimentada por su fama de ciudad de espías, que a su vez a dado pie a una producción literaria y cinematográfica importante, sobre todo después de la Guerra Fría. Uno de los últimos ejemplos los tenemos en las series españolas “El tiempo entre costuras” y “El Príncipe” donde Tánger sigue siendo una ciudad multicultural donde la acción forma parte de su día a día.



A la hora de viajar a Tánger cabe la pena tener en cuenta aquellos emplazamientos y monumentos que llaman la atención de los más curiosos. Tánger es rica en patrimonio y sus bucólicos espacios hacen las delicias de los más exigentes –eso sin contar su exquisita y autóctona gastronomía, cuna de la auténtica cocina marroquí que, en algunas ocasiones, llega incluso hasta nuestro país-.

Al viajar a Tánger cabe visitar la famosa medina a la entrada de la ciudad, sus mezquitas famosas por una cerámica policromada de incalculable valor, sus populares y concurridos zocos, las cuevas de Hércules, la necrópolis púnico romana, la zona artesanal de Msallah, la plaza de toros, el Gran teatro Cervantes con un siglo de antigüedad y famosos museo como el de la legación americana, el Carmen macein de pintura o el Alcazaba, una de las visitas obligadas de la ciudad.




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