Considerada una
de las joyas del norte de África, se trata de una mística ciudad que vive
mirando al mar. Con una apasionante historia y con un patrimonio cultural
importante, Tánger es una de las mejores opciones cara a disfrutar de una
escapada.
El olor de las
especies, los colores de sus calles, el sonido de su música… las calles de
Tánger son una amalgama de sensaciones y experiencias místicas bañadas al
unísono por el mar Mediterráneo y el océano Atlántico. Una experiencia casi
mística alimentada por siglos y siglos de rica historia y que la consolidan
como una de las ciudades del norte de
África más apasionante. Una gran urbe, entre la tradición y el nuevo siglo,
que capitanea año tras año el número de turistas que eligen Marruecos como destino para una escapada
diferente.
Situada a pocos
kilómetros de Cádiz y con una población de 700.000 habitantes, los recuerdos de
la Tánger española aún son muy recurrentes. Y no es de extrañar que para sus
habitantes, España sea aún un dorado y un aliado donde mirarse. Musulmanes, judíos y cristianos viven en
perfecta sintonía y sus puestas de sol han inspirado a muchos escritores e
intelectuales que han visto a esta ciudad como una de las más carismáticas
y bellas del norte de África.
Viajar a Marruecos, una experiencia mística
Eclipsada solo por Casablanca y en turismo por el
concurrido centro de Marrakech, Tánger también ha pasado a la historia
alimentada por su fama de ciudad de espías, que a su vez a dado pie a una producción literaria y cinematográfica
importante, sobre todo después de la Guerra Fría. Uno de los últimos
ejemplos los tenemos en las series españolas “El tiempo entre
costuras”
y “El Príncipe” donde Tánger
sigue siendo una ciudad multicultural donde la acción forma parte de su día a día.
A la hora de
viajar a Tánger cabe la pena tener en cuenta aquellos emplazamientos y
monumentos que llaman la atención de los más curiosos. Tánger es rica en
patrimonio y sus bucólicos espacios hacen las delicias de los más exigentes
–eso sin contar su exquisita y autóctona
gastronomía, cuna de la auténtica cocina marroquí que, en algunas
ocasiones, llega incluso hasta nuestro país-.
Al viajar a
Tánger cabe visitar la famosa medina a la entrada de la ciudad, sus mezquitas
famosas por una cerámica policromada de incalculable valor, sus populares y
concurridos zocos, las cuevas de
Hércules, la necrópolis púnico romana, la zona artesanal de Msallah, la plaza
de toros, el Gran teatro Cervantes con un siglo de antigüedad y famosos
museo como el de la legación americana, el Carmen macein de pintura o el Alcazaba,
una de las visitas obligadas de la ciudad.
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