Parece que cuando se habla de
cruceros mucha gente suele pensar en la primavera y el otoño para hacerlos y no
en el verano. Aunque esta pueda ser una buena época del año para viajar (pues
todas lo son) viajar en verano tiene una serie de ventajas adicionales a la
hora de hacer un crucero en las que pocas veces reparamos.
Hacer cruceros durante el verano tiene
cantidad de ventajas respecto a hacerlos en otras épocas del año. Por ejemplo,
durante el verano es posible hacer cruceros a lugares que en otras épocas del
año son claramente incómodos como puede ser el Báltico o los fiordos noruegos. ¿Acaso
no es mejor disfrutar de un suave verano noruego o finlandés que de una
primavera o un otoño que difícilmente puedan merecer ese nombre entre tanta
nieve y tan pocos grados?
Pero si viajar al norte en verano
es no ya algo bueno, sino prácticamente indispensable, también tiene sus
ventajas el hacer cruceros en el sur durante la época estival. Por ejemplo, un
crucero en el Mediterráneo durante el verano nos permitirá no sólo conocer las
principales ciudades de la zona como pueden ser Roma, Barcelona, Marsella o Estambul;
sino también disfrutar del buen tiempo y tener la ocasión de bañarnos en
playas entrañables y maravillosas como pueden ser la playa de la
Barceloneta en Barcelona que, en otra época del año, sería muchísimo menos
acogedora.
Los cruceros, entre lo más solicitado en verano
Además de los diferentes lugares a
los que vamos y el tiempo, está el propio crucero. No hay que olvidar que los
cruceros son tanto lo que vemos en las diferentes escalas, como los períodos de
tiempo que pasamos en un barco que cuenta con todo tipo de lujos, desde pistas
de tenis y piscinas a óperas y karaokes. Por eso, si queremos sacar todo el
rendimiento al crucero, tenemos que ir por el verano. Sólo en verano
podremos tomar el sol en la cubierta, jugar al tenis sin que nos caiga un
chaparrón o nadar en la piscina sin que nos muramos de frío como sí nos
ocurriría en primavera o en otoño.
Por otra parte, un elemento que
conviene recordar, es el propio estado de la mar. Al fin y al cabo, un crucero
es un viaje en barco por el mar y, como todo el mundo sabe, los días de
verano suelen ser menos abundantes en tormentas y tempestades que los de
otras épocas del año; por lo que si no nos gusta marearnos en el barco, el
verano es sin duda la mejor opción para hacer cruceros en cualquier mar.
Finalmente, algo que no debemos
olvidar es que es en verano y no en otra época del año cuando podemos hacer
viajes familiares ya que, aunque los adultos podamos escoger las vacaciones con
mayor o menor libertad en función de nuestro empleo, es en verano cuando los
niños no tienen clase y se pueden permitir hacer un viaje largo. Así, hacer
cruceros en verano es la mejor alternativa cuando se trata de hacerlos en
familia y viajar todos juntos.
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