Los años 80 fueron años de color, creatividad e ideas
transgresoras en el mundo occidental. Y también una década donde al arte vivió
un capítulo propio de su historia. Desde España hasta últimos confines de la Europa
más septentrional, nuevas tendencias empezaron a abrirse camino y éstas también
influyeron en la arquitectura y la decoración de muchos edificios.
En el corazón de Europa, en Austria, hay una buena muestra de
ello. Viajar a Austria y no visitar la obra
del pintor Friedensreich Hundertwasser es una idea prácticamente
inconcebible. Lejos del glamour de la ópera de Viena y de los grandes centros
urbanos, es de obligada visita por su originalidad el complejo residencial de
Hundertwasserhaus formado por 52 viviendas, 4
locales de negocio, 16 terrazas privadas, un jardín de invierno, 3 azoteas
comunitarias y 2 áreas de juegos infantiles.
Viajar a Austria
Construido entre los años 1983 y 1986, se trata de una
de las mayores obras pictórica sobre edificios del continente. Un colorido y
variado puzle, donde los suelos son
ondulados y donde en el mismo interior de las habitaciones crecen árboles que
buscan la luz escapando por las ventanas. Casas originales, de muchos
colores y formas que asombran a los vecinos que deciden visitar
Hundertwasserhaus.
Ya forma parte del patrimonio cultural austriaco. La
idea de su creador era hacer pensar a la gente que visitase este original
complejo que otro mundo, alejado de convencionalismos, es posible con solo
dejar volar la imaginación. La idea,
inspiró a un centro comercial cercano, que llegó a emular el estilo e
incluso parte del nombre, Hundertwasser Village e incluso un museo propio que
expone las obras del original artista, el Museo
Hundertwasser.
Para quienes vayan a visitar Viena, deben saber que se
encuentra en la calle Kegelgasse
34-38, en el distrito 3 de la ciudad, y que a parte de su colorido aspecto, las
viviendas fueron construidas con fines sociales. Más de 250 árboles y arbustos le acompañan y hay quienes comparan el complejo residencia de
Hundertwasserhaus a la altura de artistas como Gaudí.
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