Perdida el sur
del océano Pacífico, este tranquilo archipiélago es uno de los menos visitados
del planeta. Y todo ello, pese a tener en su haber algunas de las playas más
paradisiacas y tranquilas que se recuerdan. Pertenece a Nueva Zelanda y esto es
lo que te puedes encontrar en ella…
Viajar a Tokelau es hacerlo a una isla es pequeña,
apenas 10 kilómetros cuadrados de extensión donde habitan poco más de 1.400
vecinos. Se compone de tres atolones, Atafu, Fakaofo y Nukunonu, conservando el
topónimo que ya le dieron sus más ancestrales habitantes procedentes de la Polinesia. Tokelau significa viento del norte y es que
en esta isla, el viento y la naturaleza son la nota predominante y la razón de
vivir de sus habitantes.
Dicen de ella
que es uno de los rincones más bellos de
Oceanía y es que sus palmeras y su frondosa vegetación a orillas de sus
playas azules, le otorgan una estampa digna de las mejores películas de
náufragos.
De economía más
bien escasa y aunque depende sí o sí económicamente de Nueva Zelanda, Viajar a Tokelau es comprobar cómo
tiene en la pesca y la artesanía algunos de sus más importantes recursos,
también la producción de copa o plantaciones de coco, papaya y plátano. Su
pujante turismo empieza a despertar pero aún está lejos de la aportación de éste
al conjunto económico de la isla como ocurre en otras más concurridas.
Viajar a Tokelau es también todo un ejemplo de
economía sostenible gracias a la energía que recoge del sol y donde 4.000
panales abastecen de energía a sus habitantes. Y todo ello gracias a un
proyecto del gobierno central que ha superado los 7 millones de dólares y que
supone un paso más en la lucha contra el cambio climático y la preservación de
este recóndito lugar.
Defensora de las
costumbres polinésicas más antiguas, Tokelau es también un paraíso para el
avistamiento de tiburones y otros reyes del mar, y un lugar idóneo para
practicar el surf y dejarse llevar por sus olas, bravas en la época hibernal.
Pero, sobre todo, es un lugar donde desconectar y relajarse en la otra parte
del planeta.
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