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sábado, 29 de septiembre de 2018

El Nido, el último paraíso de Filipinas




Pensar en Filipinas es pensar en grandes paisajes, en una naturaleza desbordante y en la amabilidad de sus gentes. Cada uno de los rincones de este sorprendente país esconde auténticas maravillas para sus visitantes. Y la escondida localidad de El Nido, en la isla de Palawan, se confirma como el último paraíso protegido de Filipinas.


En El Nido aún no llega la electricidad durante las 24 horas del día. Por la noche multitud de antorchas iluminan esta localidad del norte de la isla de Palawan, también algún que otro local con generador propio. La llegada en barco a El Nido confirma los mejores presagios: una zona de cuento para un viaje único.

Altas montañas, el verde de sus árboles como el color predominante en el horizonte y unas playas únicas que podrían inspirar la misma imagen del paraíso. Viajar a El Nido en Filipinas es optar por un viaje con encanto y una escapa de ensueño para aquellas personas dispuestas a encontrar paz, relax y la desconexión del mundanal ruido.

Apenas 5.000 casas y poco más de  27.000 habitantes repartidos en 18 barangayes o barrios, conforman esta localidad que rezuma el auténtico espíritu de la Filipinas más auténtica. El turismo y como no, la pesca, son la fuente de ingresos de sus habitantes y en su costa, los amantes del buceo han convertido a El Nido en un lugar indispensable.

Viajar desde Manila a bordo de una avioneta es todo un clásico para comprobar la belleza de El Nido desde el aire. La forma un archipiélago de 45 islas e islotes de roca caliza con picos que llegan, incluso, a los 650 metros de altura, como el caso de Cadlao



Pero no todo son playas de arena dorada, también una rica flora y fauna que sus habitantes se preocupan en salvaguardar. En El Nido hay cinco tipos de jungla tropical con aves autóctonas únicas en el mundo. También tres hábitats marinos con delfines, tortugas en peligro de extinción, más de 800 clases de peces y un centenar de bellos corales.

Es por este motivo que el mismo gobierno de Filipinas, hace años, aplicó una medida con tal de salvaguardar su paraíso, limitar la llegada de turistas. Los que llegan se alojan en pequeños pueblos o los complejos ecológicos de las islas Apullit, Lagen, Pangulasian y Miniloc. Allí existen cabañas de madera levantadas sobre las aguas donde poder observar las puestas de sol más románticas, a un precio de alrededor 300 euros al día.

Visitar El Nido en Filipinas es alquilar una barca y cruzar esta bahía para contemplar los otros islotes desiertos, las crías de tiburones, sus grandes bancos de peces o el coral más silvestre de la tierra. Descansar en una de sus playas nos traslada ipsofacto a la relajación más absoluta que solo se puede conseguir en un paraíso como este.


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