Pensar
en Filipinas es pensar en grandes paisajes, en una naturaleza desbordante y en
la amabilidad de sus gentes. Cada uno de los rincones de este sorprendente país
esconde auténticas maravillas para sus visitantes. Y la escondida localidad de
El Nido, en la isla de Palawan, se confirma como el último paraíso protegido de
Filipinas.
En
El Nido aún no llega la electricidad durante las 24 horas del día. Por la noche
multitud de antorchas iluminan esta localidad del norte de la isla de Palawan,
también algún que otro local con generador propio. La llegada en barco a El
Nido confirma los mejores presagios: una zona de cuento para un viaje único.
Altas
montañas, el verde de sus árboles como el color predominante en el horizonte y
unas playas únicas que podrían inspirar la misma imagen del paraíso. Viajar a El Nido en Filipinas es
optar por un viaje con encanto y una escapa de ensueño para aquellas personas
dispuestas a encontrar paz, relax y la
desconexión del mundanal ruido.
Apenas
5.000 casas y poco más de 27.000
habitantes repartidos en 18 barangayes o barrios, conforman esta localidad que
rezuma el auténtico espíritu de la Filipinas más auténtica. El turismo y como
no, la pesca, son la fuente de ingresos de sus habitantes y en su costa, los
amantes del buceo han convertido a El Nido en un lugar indispensable.
Viajar
desde Manila a bordo de una avioneta es todo un clásico para comprobar la
belleza de El Nido desde el aire. La forma un
archipiélago de 45 islas e islotes de roca caliza con picos que llegan, incluso, a los 650 metros de altura, como el caso de
Cadlao.
Pero
no todo son playas de arena dorada, también una rica flora y fauna que sus
habitantes se preocupan en salvaguardar. En
El Nido hay cinco tipos de jungla tropical con aves autóctonas únicas en el
mundo. También tres hábitats marinos con delfines, tortugas en peligro de
extinción, más de 800 clases de peces y un centenar de bellos corales.
Es
por este motivo que el mismo gobierno de Filipinas, hace años, aplicó una
medida con tal de salvaguardar su paraíso, limitar la llegada de turistas. Los
que llegan se alojan en pequeños pueblos o los complejos ecológicos de las islas Apullit, Lagen, Pangulasian y Miniloc.
Allí existen cabañas de madera levantadas sobre las aguas donde poder observar
las puestas de sol más románticas, a un precio de alrededor 300 euros al día.
Visitar El Nido en Filipinas
es alquilar una barca y cruzar esta bahía para contemplar los otros islotes
desiertos, las crías de tiburones, sus grandes bancos de peces o el coral más
silvestre de la tierra. Descansar en una de sus playas nos traslada ipsofacto a
la relajación más absoluta que solo se puede conseguir en un paraíso como este.
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