Nueva Zelanda
esconde un sinfín de parajes naturales por descubrir. Paisajes casi vírgenes y
de una fotografía desbordante donde el turista queda impactado ante la
inmensidad de la naturaleza. Entre todo ellos, destaca uno, el más fascinante
de los espectáculos naturales que esconde este discreto país del continente
oceánico.
Hablamos de Milford
Sound, un fiordo situado al suroeste de la isla más al sur de Nueva Zelanda. Considerado para
muchos la octava maravilla del mundo y llamado Piopoitahi en lengua maorí, se
encuentra enclavado dentro del Parque Nacional de Fiordland, Patrimonio de la
Humanidad.
Y no es para
menos. Viajar a Milford Sound, es la mejor decisión para los amantes de las
naturalezas más desbordantes. Imposibles e inabarcables zonas verdes donde
contemplar cómo fue y aún sigue siendo el Planeta Tierra más virgen y natural.
Es también uno de los lugares más
húmedos del mundo, con continuas precipitaciones y temperaturas que rara vez
superan los 18 o 20 grados centígrados, lo que favorece la creación de
cascadas y el esplendor de su naturaleza.
Milford Sound se encuentra a 15 kilómetros tierra adentro
desde el famoso mar de Tasmania y se encuentra rodeado de rocas escarpadas que
alcanzan más de 1200 de altura en cada lado. En sus aguas, habitan
delfines, pingüinos, focas y en bosque se encuentran picos tan altos como The
Elephant (El Elefante) a 1517 msnm, llamado así porque se parece a la cabeza de
un elefante, y Lion Mountain (Montaña León) a 1302 msnm, que tiene la forma de
un león agachado.
Cada año más de medio millón de turistas deciden
viajar a Milford Sound gracias a la flota de barcos turísticos que deciden
hacer rutas por sus inmediaciones que pueden llegar hasta las dos horas. Y
es que, hay mucho que contemplar en esta parte de Nueva Zelanda. También
existen cruceros nocturnos para los más románticos, un observatorio acuático
para disfrutar de las maravillas del
coral negro, rutas de senderismo e incluso pequeños establecimientos
turísticos, tanto en él como en pueblos cercanos como Queenstown.
La niebla es una de las características más
llamativas a la hora de viajar a Milford Sound y su gran atractivo es, sin
duda, sus numerosas cascadas. Y no es de extrañar, cada año caen más
de 6.800 milímetros de agua dando lugar a centenares de cascadas cayendo al mar
y ofreciendo un maravilloso a la par que ruidoso espectáculo.
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